Para hoy Día Internacional de la Poesía (21 de marzo) quiero compartir con ustedes estos versos de una poeta amiga de exquisita sensibilidad, Dulcila Cañizares, con quien he compartido en dos ocasiones como diseñador, la aventura de dos excelentes libros La africanía en las parrandas remedianas y El panorama musical cubano de los 50, de los cuales ella fue la editora.
Acuciosa investigadora y ensayista, también la une a los villaclareños su colaboración frecuente con la revista Signos, que cuenta con ella en su equipo asesor… y la amistad con muchos escritores de acá. En la foto, la vemos durante una visita reciente al hotel de Topes de Collantes, en las montañas del Escambray.
Espero que como yo disfruten hoy de estos poemas, incluidos en su libro Delirios que me invento, que me enviara en su versión digital hace algunos meses. Y para los más interesados en su obra, también les dejo una síntesis bien apretada de su amplio currículum litearario.
Gracias, amiga, por tus hermosos versos…
NIÑO DE LOS LARGOS SILENCIOS (I)
Niño de los largos silencios, escúchame…
Guárdate las palabras
—no me importa—
y deja que mis manos
se conviertan en mieles y volcanes
para tu cuerpo.
Ahorra los vocablos,
enciérrate en tus tapias todavía infranqueables,
pero bésame, mientras yo me convoco
a alegrar tu sonrisa, a derrumbar tus muros
de tristeza, pedazo tras pedazo.
Recorreré tu historia, camino de la infancia,
para borrar cicatrices y heridas
con aguas de ternura.
Como un tigre en acecho
vigilaré tu angustia
y voy a hacerla trizas a zarpazos.
Inventaré un remanso
para que tú lo habites
y aguardaré a tus pies, mi niño triste,
esperando la gracia de tu risa.
NIÑO DE LOS LARGOS SILENCIOS (II)
Niño de los largos silencios,
vuelve tus ojos hacia mí
y verás como viene el duende de la risa.
Si no pudiera quedarme entre tus brazos
me volvería chubasco, sería un trillo desierto,
la perdiz solitaria que no encuentra su nido.
No me abandones, rezo.
No te me apartes, pido.
Permite que mi cuerpo
repose en tus tibias laderas
cada noche.
Déjame la tristeza de los años perdidos.
Espanta los fantasmas de antaño
y deja que se acerque el duende de la risa.
LUCIÉRNAGA
Está inquieta mi poesía.
Se espanta al verme desesperada…
No es desamor, me dice mi siempreviva.
No es desamor, me gritan mis codornices.
Vuela y vuela el colibrí de adentro
y reclama la dulzura de néctares
que me guardas.
Dame
la oculta estancia de tu torcaza
y haz que se muera tu fiera sola.
Te daré el coralillo de mis razones,
haré un nido de helechos
para aliviar quebrantos
y seré tu luciérnaga para la noche.
COMO UNA GAVIOTA
(Para María Lilian Hamilton)
Desencuentro de horas.
El tiempo se me escapa, menos para el amor…
Cada mañana, el mismo repaso de tareas.
De qué tiempo dispongo?
Mi cabeza cana, la sabiduría de no saber nada
son inapelables consignas de que puedo irme
sin saber ni cómo, sin pensar ni cuándo.
Es una carrera que voy a perder
de cualquier manera.
Pero alzo el vuelo en cada mañana, me elevo,
traslado los sueños, ensalzo el trabajo, dispongo,
me exijo a veces más de lo que quiero,
porque el tiempo apremia. No quiero gastarme
sin dejar mis huellas.
Soy una gaviota de arruinadas alas,
pero con las ansias de olas marinas,
de encendidos, largos y lentos abrazos.
Sólo importa el vuelo.
Sólo impera el sueño de abrir bien las alas
y llegar al sitio de mis ansiedades,
de mis esperanzas, pues mi sola vida
se me va agotando, quién sabe hasta cuándo.
UNA TARDE CUALQUIERA
Una tarde cualquiera dejaste en mi boca
un sabor a cereza. Mi asombro
trajo hasta tus ojos un destello sutil
de malicia. Sonrojada y muda, temblaba,
mientras sonreías. Trémula, anhelante,
quedé entre tus brazos. Tu oscura pupila,
cerca de mis ojos, ardía…
Aún una tarde cualquiera vuelves a dejarme
el sabor a cereza en mi boca, y yo,
estremecida,
quedo entre tus brazos,
mientras sigue ardiendo
tu oscura pupila.
DULCILA CAÑIZARES
Dulcila Cañizares (Santiago de las Vegas, Cuba, 1936).— Investigadora de la música cubana, ensayista, poetisa y editora. Ha publicado los siguientes poemarios: Raíces y ternura (1960), Eu sou a poesia (1961, Portugal), Cicatrices de sol (1961), Déjame donde estoy (1966), De mi tierra (1979), Ignoradas mieles antes y después (1991), Amoramor (1992) y Agua jubilosa (1995). Además publicó las biografías-testimonio Gonzalo Roig (1978) y Julio Cueva: el rescate de su música (1991), y los ensayos La creatividad en Gonzalo Roig (1990), La trova tradicional cubana (1992, 1ra. ed.; 1995, 2da. ed.), La música sacra en Cuba (1995), «La trova tradicional cubana», en Panorama de la música popular cubana (1996 y 1999), Gonzalo Roig: hombre y creador (1999), San Isidro, 1910. Alberto Yarini y su época (2000) y «Patrioten mit Gitarre. Die Sänger der trova tradicional», en «Alles in mienem Dasein ist Musik…» Kubanische Music von Rumba bis Techno (2004, Alemania).
Tiene terminados la segunda edición de Gonzalo Roig y los poemarios Poemas del Silencio y Claves para mi amante.
Sus poemas aparecen en diversas antologías cubanas y extranjeras. Ha publicado poemas, artículos y ensayos en casi todas las publicaciones del país y en varias de América Latina y Europa.
En la actualidad realiza las investigaciones para la biografía de Luis Carbonell y trabaja en un poemario sobre Trinidad y otro sobre La Habana y un tercero titulado Delirios que me invento. A este último pertenecen los poemas seleccionados.
Constituye para mi un motivo de grandisima alegria descubrir este web, y ver la foto de quien en Cuba compartimos juntos en el Instituto del Libro como compañeros, pero más que todo como amigos queridos. He seguido siempre tu obra… Dulcila es ese ser humano que nunca se puede olvidar, sensible y amorosa, llena de detalles y de una gran belleza interior. Hace mucho no la veo, pero siempre la he llevado en mi corazón. Si este mensaje llegara a sus ojos, ojalá así sea, espero que al recibirlo sienta la misma alegría y emoción que yo he sentido esta tarde al ver su foto, tan hermosa como siempre!
Un beso grande