EL ARCA CUBANA, UNA DENUNCIA DEL TERRORISMO CONTRA CUBA

El arca cubana, filme cubano contra el terrorismo, del realizador Ramón Luis Pérez Martínez.Hacia Cuba se ha ejecutado unos 3478 actos terroristas, con un saldo de más de 2 mil mutilados o discapacitados. Contra eso luchaban los Cinco Héroes Cubanos, que el gobierno norteamericano mantiene encarcelados por más 12 años y ese es el punto final del filme de Ramón Luis: cómo dejan en libertad a los asesinos y apresan a quienes intentaban prohibirlo. Ese es entonces el mayor acto de terrorismo.

“El arca…” habla de cómo el amor y la voluntad del pueblo cubano han sido el antídoto ante esos crímenes. Al igual que la mítica arca de Noé nuestra especie sobrevive y continúa su viaje.

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Por Elizabeth López Corzo

Hay una frase de José Martí que dice algo así como que si una cosa se dice dos veces pero es sincera, siempre será buena. Con este exergo comienza el filme “El arca cubana”, de Ramón Luis Pérez Martínez, una denuncia abierta al terrorismo que Estados Unidos ha promovido contra Cuba durante décadas.

La película es una historia que ya conocemos los cubanos, pero esta vez el audiovisual deja de ser un reportaje para mezclarse con elementos artísticos que lo convierten en un cine de arte, o un ensayo cinematográfico como prefiere llamarle su director.

“El arca cubana” es un filme conmovedor porque refleja las maniobras del imperialismo para desestabilizar a Cuba. De forma sintética se habla desde el bloqueo, que viola las leyes internacionales e impide comprar medicamentos para niños enfermos de cáncer; la invasión a Playa Girón, la Operación Peter Pan, donde se “robaron” más de 14 mil niños cubanos; los sabotajes durante la Campaña de Alfabetización en 1961; la Ley de Ajuste Cubano, que ha cobrado tantas vidas en el mar y que quebranta los acuerdos migratorios; la criminal epidemia desatada de dengue hemorrágico, donde perecieron 101 niños; la impunidad con quienes cometieron el crimen de Barbados, y que además están sueltos por las calles de Miami, aun después de haber confesado sus fechorías…

“Yo vivo en Boyeros, municipio donde se introdujo el dengue hemorrágico y conozco bien la historia. Más de 5 mil personas en dos días llegaron al hospital.  El hombre que lo hizo no fue juzgado en Estados Unidos. Esas son cosas que aún están en la memoria de mi pueblo”, comenta el autor y apunta sobre la necesidad de que un grupo de realizadores se preocupen más por abordar temas históricos.

“Nosotros estamos viviendo un momento de dificultades extremas. Somos una nación que está sometida a una crisis económica atroz, estamos bajo un terrorismo mediático también. Ahora esta película está en la web y a ellos (los americanos) les va a molestar que le digamos: “mira lo que has hecho” y buscarán la forma quizás de quitarla de la web”.

“Aquí no se escatima un solo centavo en un medicamento para los pacientes, pero el bloqueo niega eso a los enfermos. He visto como médicos y gente que trabaja en un hospital llegan desbaratados a sus casas cuando se les va un niño que pueden salvar y que no es posible por la aberración del bloqueo. Entonces tengo que hacer un cine que denuncie eso porque es mi posición social. Quizás mi ansiedad por lograr esto me haga cometer errores pero creo que son válidos”.

Hacia Cuba se ha ejecutado unos 3478 actos terroristas, con un saldo de más de 2 mil mutilados o discapacitados. Contra eso luchaban los Cinco Héroes Cubanos, que el gobierno norteamericano mantiene encarcelados por más 12 años y ese es el punto final del filme de Ramón Luis: cómo dejan en libertad a los asesinos y apresan a quienes intentaban prohibirlo. Ese es entonces el mayor acto de terrorismo.

“El arca…” habla de cómo el amor y la voluntad del pueblo cubano han sido el antídoto ante esos crímenes. Al igual que la mítica arca de Noé nuestra especie sobrevive y continúa su viaje.

En exclusiva para Cubasí, el autor dialogó con nosotros.

¿Cuál era su propósito con “El arca…”?

El filme es un ensayo cinematográfico. Mi intención es desenmascarar la actividad enemiga contra nuestro pueblo, las acciones terroristas que históricamente se ha ejecutado en una síntesis muy extrema.

¿Qué fuentes audiovisuales o literarias tuvo en su investigación?

Este ensayo se hace a partir de otro guión: “Project Cuba”, que fue una operación de la CIA desde principios de la Revolución y que fue desclasificada. Los americanos tuvieron la ironía de volver a activarla y ha estado funcionando con diversos matices. Yo hice el guión, consulté con historiadores como Torreira Crespo, libros como la “Operación Peter Pan” y trabajamos muchos años, pero como las instituciones no aportaron el financiamiento requerido- que era mínimo porque lo concebí de forma muy racional- no se llevó a cabo.

Luego encontré el libro “Cuba, la historia no contada” y a Juan Carlos Rodríguez, uno de los autores. Tuve necesidad de hacer un cine que tuviera respaldo literario y que socializara al máximo grado al público

Los cubanos tienen una cultura ideológica que algunos pueden llamar saturación y quizás podrían existir mejores productos pero el tema no es ese sino que existe una educación política.

Abordar el tema histórico es muy difícil, he recurrido a la historia para ser lo más objetivo posible sintetizando algunas secuencias. Es muy difícil poder hilvanar, hacer coherente un material con tanto tejido, tantos sucesos que se quedan pendientes y esa es una deuda como realizador. Yo he conocido víctimas de ese terrorismo y hay que hacer algo para ayudarlos. El superobjetivo es posicionar el filme en la web porque ahí está el futuro.

Entrando en la estética del filme, es un material donde el contenido informativo aparece en subtítulos. ¿Pensaste que una voz en off podría lograr mejor comunicación o intercambio entre público y obra final?

Reconozco que el filme está saturado de textos, incluso he pensado que podría incorporar un narrador. Eso es una vulnerabilidad de la película. Pero si hubiera sido así caeríamos en lo que históricamente se ha hecho. La cuestión es válida pero en esencia “El arca…” se hizo con carácter silente, dada la incomprensión de algunas personas sobre el discurso colocamos los textos, aunque algunos forman parte de la gráfica del filme. Es muy difícil para un realizador hablar de su obra, uno tiene intenciones y esas intenciones hay que dejárselas al espectador.

En Brasil, en el festival Cinesul 2010 se puso la película y la gente en la sala se paró a gritar en portugués ¡viva Cuba! y ¡abajo el imperialismo! Tuve esa respuesta de un público que está saturado de cinematografía de todo tipo y sin embargo apreció la película aun cuando los subtítulos estaban en inglés y cuando en el festival había filmes muy bien respaldados por las productoras.

“El arca…” presenta imágenes de archivos pero también escenas que llevan a una dramatización, una especie de docudrama, además los elementos artísticos: las coreografías de Danza Contemporánea, las imágenes tratadas de forma experimental, planos superpuestos entre lo real y lo ficticio… ¿qué quería logar?

Danzan los nervios de esas personas que han sufrido, es como si danzaran por un nuevo día. Fue un trabajo excelente de Danza Contemporánea. En el caso de la música me ayudaron Frank Fernández, Juan Blanco ya muy viejito y Harold Gramatges. Logré materiales de archivo y la conjunción de ese trabajo fue como de seis meses.

Quien conoce el cine sabe que el encanto está en saber dar un corte y en las disolvencias; yo me recreé mucho en este último recurso porque es un cine de arte, de arte revolucionario. Esta película no está hecha por encargo, no es un esquema, no hay clichés. Las secuencias de los niños enfermos de leucemia, si hubieran sido filmadas con una buena cámara no podrían verse porque Raúl Pérez Ureta (director de fotografía del filme) tiene una responsabilidad enorme ante la imagen, pero logramos cosas con foto- animación.

Cuando se hace trabajos de este tipo se corre el riesgo caer en el panfleto o el didactismo. ¿Cómo asumió ese riesgo?

Lo asumí sin viseras, no puedo trabar con viseras, es imposible. Si uno se respeta tiene que trabajar con los 120 grados de visión que nos dio la naturaleza y ser lo mas objetivo posible. Si se trabaja con ese rigor no hay peñasco que nos ataje. No le temo al panfleto, los que caen en panfleto son oportunistas de izquierdas, no tiene otro nombre. Y eso es una de las cosas que más ha dañado nuestro proceso revolucionario, más potente y poderoso que la CIA.

Me siento muy orgulloso de que mi filme sea solicitado por comités de solidaridad con los Cinco. Eso es una responsabilidad para mí, creo que estoy cumpliendo con el tamaño que me ha dado esta Revolución. La importancia de toda obra de arte es la potencialidad que se le imprima. Este es un trabajo que lleva más de 6 años. Sé que faltan cosas, no somos perfectos.

Ninguna obra lo es

La clave está en tratar de hacerla perfecta.

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