FUGA Y MUERTE DE NAPOLEÓN, EL JAGUAR DEL ZOOLÓGICO DE SANTA CLARA

El jaguar del zoo de Santa Clara, escapado y sacrificado en días recientes, cuando todavía era exhibido en su jaula.Una negligencia, una hora y 35 minutos de infructuosa recaptura, el primer disparo… una larga batalla cubana por la supervivencia de una especie, que tuvo un lamentable capítulo en este «Waterloo» del jaguar Napoleón. Así sintetiza la periodista Rayma Elena Hernández este inusual hecho ocurrido en Santa Clara: la fuga y posterior sacrificio de este único ejemplar del Zoológico «Camilo Cienfuegos» de esta ciudad, del cual se hace eco en su edición sabatina el periódico provincial Vanguardia.

Por Rayma Elena Hernández

El Jaguar. En mi recuerdo era una malograda aventura televisiva, con escenario en un supuesto país de América Latina, hogar del mayor felino de la región, hasta que pasó a la lista de los animales en peligro de extinción.

Pero desde el miércoles 17 de noviembre, el jaguar (panthera onca) se convirtió en tema para mi agenda periodística, cuando llamadas telefónicas, correos electrónicos y el comentario público sugirieron la indagación sobre la «fuga», y posterior sacrificio de Napoleón, el único ejemplar de esa especie que poseía el Jardín Zoológico Camilo Cienfuegos, de Santa Clara.

«Lamentamos enormemente todo lo sucedido, porque perdimos un animal —afirma su directora, Grimilda Marrero Hernández—. Esta institución tiene la responsabilidad de preservar los animales, tanto los exóticos como los endémicos; pero ante un peligro extraordinario, primero está el hombre…»

Puerta abierta, puerta que hay que cerrar

Esta máxima es la garantía de seguridad en un zoológico, sobre todo cuando posee carnívoros fieros, como jaguares y leopardos, que son animales de pocos amigos, o de ninguno, ni siquiera de quien les da la comida. Con su potente dentadura, nos lo demostró Tania, la leopardo vecina de la jaula —hoy vacía—  de Napoleón.

Una doble puerta para el refugio donde permanecen, mientras el cuidador realiza la limpieza. La jaula de exhibición: ¡Reja de balaustres de hierro. Una no, ¡dos trancas! Suficientes para neutralizar, incluso, un bestial empuje del jaguar, a pesar de sus 170 libras, distribuidas en un cuerpo musculoso de 1,25 metros;  joven, pues solo tenía 5 años, de 20 que pueden vivir en cautiverio.

Pero ninguna de las dos trancas estaba colocada el día en que, tampoco, el candado quedó cerrado. Descuido de cuidador, que ya se encontraba limpiando el hogar de Tania, y mansamente, Napoleón salió de su recinto de exhibición.

La narración de los hechos, justo donde se desencadenaron, me obliga a reiterar preguntas iniciales a Grimilda:

—¿Había público en el zoológico?
—Existía un público, no como estamos acostumbrados, porque el Parque había acabado de abrir.

—¿Era miércoles en horas de la mañana…?
—Aproximadamente a las nueve y diez de la mañana.

La confirmación me lleva a otras interrogantes:

—Pero…, se supone que la limpieza de las jaulas debe realizarse antes de la entrada del público, ¿es cierto?
—Sí —coinciden mis acompañantes.

—Entonces, ese día el cuidador estaba retrasado…
Y las respuestas no excluyen la posibilidad de que el trabajador se  haya sentido presionado ante la entrada de personas. Sin embargo, los hechos son la única certeza:

«Pensó que ya había cerrado y había puesto toda la seguridad que la puerta lleva; entonces, se equivocó, no lo había hecho de esta forma. Fue una negligencia que el cometió…»

El cerco a Napoleón

Los humanos le temen a las fieras, y las fieras han de temerle a los errores humanos. Más si se trata de un felino peligroso, veloz, y con una saltabilidad para la que no hay obstáculos físicos, ni los tan invocados dardos tranquilizadores.

«Solo existen equipos de sedación en dos instituciones (de las 23 existentes en Cuba): en el Zoológico Nacional y más recientemente en el de 26.

«No se pueden obtener fácilmente, porque son de marcas americanas o tienen algunas piezas producidas en los Estados Unidos, y el bloqueo no permite que entren al país.»

—¿No hay posibilidades de fabricarlos en Cuba?
—Estamos valorando la posibilidad de que alguna fábrica pueda producir este equipo y los dardos que lleva, además, se necesitaría el fármaco.

—Entonces, ¿cómo trabajan con estas fieras?
—No podemos trabajar con el animal, porque no te puedes acercar a ellos. Los tratamientos preventivos solo podemos hacerlos a través del alimento, y si se enferma no tienes cómo llegar a él.

«Se recogen muestras de heces fecales para valorarlo desde el punto de vista de parasitología… Algunas vitaminas y minerales se los suministramos a través del agua.»

Pero nada podría hacerse si un ciclón destruyera un recinto y dejara libre a uno de esos felinos. Como tampoco pudo sedarse a Napoleón, y atravesó el Parque hasta llegar a uno de los límites del zoológico de cinco hectáreas enclavado en la zona urbana de Santa Clara.

Esta situación geográfica acrecentaba el peligro, y los curiosos, desconociendo que la aglomeración aumenta el estrés y la fiereza del animal, hicieron más difícil el desempeño de los Bomberos y la Policía.

El jaguar se había liberado de la malla que le lanzaron para atraparlo; el agua —de probada efectividad en los leones— no le hacía retornar tras sus pasos al recinto, ya demasiado distante. Más de tres metros fueron nada para que «volara» sobre una tapia próxima a la cerca perimetral, y luego sobre esta, para caer en el patio de una casa aledaña.

El Manual de normas y procedimientos y el Manual del cuidador que rigen en el país, establecen qué hacer en estos casos.

«Si no se puede localizar a un animal peligroso que se ha escapado, si se pasa del cerco o del perímetro, el director podrá pedirle a la Policía su eliminación.»

Durante una hora y 35 minutos se intentó la recaptura, dato confirmado por oficiales de las fuerzas del Ministerio del Interior que participaron. Por suerte, culminó sin daños humanos, aunque un bombero tuvo que ser ágil para repeler un zarpazo del jaguar. Lamentablemente —y así lo reafirmaron— no se pudo evitar la pérdida de Napoleón, un animal que de no haber nacido en Cuba, podría haber costado al país más de 10 mil dólares.

Humanos y fieras, ¿peligrosa convivencia?

No son situaciones frecuentes; «porque trabajamos para que no existan», insiste la directora del «Camilo Cienfuegos» y presidenta de la Sociedad Cubana de Zoológicos, Acuarios y Grupos Afines.

—¿Qué han hecho para evitarlas?
—Primero, la capacitación constante sobre las normas de protección del trabajo, e insistimos en la permanencia del trabajador en el lugar, con la mente en lo que estás haciendo.

Lo cierto es que una decena de cuidadores son insuficientes; incluso, para proteger a los animales de los «depredadores» humanos. Piedras en el estanque de los cocodrilos, un flamenco derribado a pedradas, y el manjuarí —un fósil viviente— quedó fosilizado en el bloque que le lanzó un estudiante de Secundaria Básica. Imágenes elocuentes.

A veces los hechos ocurren a la vista de los padres; en otras ocasiones, los niños van solos, y desconocedores del peligro y las normas, hasta traspasan la pequeña cerca perimetral que impide el contacto con las jaulas.

Esta difícil dinámica acrecienta el valor de una máxima de seguridad: «Puerta abierta, puerta que hay que cerrar.»

Pero el miércoles 17 de noviembre Napoleón pagó con su vida la libertad «concedida» por la negligencia para que se sintiera fiera por una hora y media.

«Todo el análisis se ha realizado. La persona que incurrió en el error —que es uno de nuestros mejores cuidadores, disciplinado y responsable—  está muy afectada por lo sucedido, y porque pudo haber ocasionado cosas peores. Pero tiene que responder al hecho, no puede quedar impune, no fueron sus intenciones, pero el error que cometió fue muy peligroso.»

¿Un nuevo Emperador para el Zoo?

La caza para el comercio de pieles y la destrucción de los hábitats naturales son catastróficos capítulos de la actual aventura del jaguar americano. Mientras, en Cuba la estrategia de conservación de las especies ya ha dado sus crías.

Napoleón era una de ellas, nació en La Habana en octubre de 2005, y en febrero de 2009 llegó a Santa Clara, para sustituir a una hembra que fue enviada a la capital con fines reproductivos.

«Ya estamos haciendo coordinaciones para adquirir nuevamente un jaguar, y no quedarnos sin la especie aquí en Villa Clara», asegura Grimilda, mientras la jaula sin su Emperador, sigue recordando un triste episodio, con tantas versiones como testigos.

Que si las puertas estaban débiles, que si el candado no servía y el jaguar lo rompió…  Falso. Incluso, algunos asociaron la fuga al susto provocado por las motosierras enviadas por la Empresa Eléctrica, y que dejaron árboles talados, ramas colgantes, derribada la barrera biológica de árboles del Nim, y cercas perimetrales dañadas. Como si Meñique hubiera dicho: «Corta, hacha, corta», en lugar de coordinar un trabajo que resultara beneficioso para el zoo y el servicio eléctrico.

Pero eso había sucedido el lunes en el Zoo de Santa Clara, y fue el miércoles 17 cuando una puerta quedó abierta a la muerte, que por fortuna, no se llevó de un zarpazo a un visitante, un trabajador, un vecino, un policía o un bombero.

Una negligencia, una hora y 35 minutos de infructuosa recaptura, el primer disparo… Una larga batalla cubana por la supervivencia de una especie, que tuvo un lamentable capítulo en este «Waterloo» del jaguar Napoleón.

Fuente: periódico Vanguardia

2 Respuestas a “FUGA Y MUERTE DE NAPOLEÓN, EL JAGUAR DEL ZOOLÓGICO DE SANTA CLARA

  1. No es la primera vez que se escapa uno de estos animales de ese Zoologico. Saludos a Rayma y a Jorge…

  2. Deben modernizarse, ya en el mundo entero se esta en contra de animales en jaulas de 4×4, ansiosos y deprimidos. Pobre animal, yo hubiera hecho lo mismo, emigrar aun a costa del riesgo de perder la vida.

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